Sin saber cómo el débil canto de los grillos le indican mi posición y yo, sin haberme dado cuenta la esperaba impacientemente. Mientras, las estrellas nos miraban celosamente, no comprendían como entre todas ellas eligió a la menos bella.
El viento nos envolvía y al ver que tiritaba me arropó delicadamente.
Me tenía hipnotizada con su resplendor y en un segundo pretendió hacerme suya, casi cegada intenté resistirme hasta que no pude más... Ya tan solo me quedaba dejarme llevar ante la situación.
0 件のコメント:
コメントを投稿