2012年6月16日土曜日

Prométeme que no volverás a llorar.

Aunque las lágrimas inundaban sus ojos tuvo la suficiente fuerza para bajarse del autobús en la siguiente parada.
Lo hizo sin pensar y ahora ya no sabía a dónde ir, ¿quedarse allí y esperar al siguiente? o por el contrario, ¿caminar sin rumbo? Había estado en ese lugar miles de veces antes pero ahora era totalmente desconocido, sus pensamientos estaban nublados, su sentido de la orientación era inexistente, aún así eligió ir a algún sitio.
Caminó, caminó y caminó todavía más... No veía nada ni nadie, pero estaba rodeada de gente.
Ya no sabía el motivo de todo aquello y sin darse cuenta llegó al portal, de él.