¿Qué le había pasado?

Elizabeth miraba hacia todos lados, ¿dónde estaba? ¿Qué había pasado? ¿Por qué no recordaba nada? ¿A caso tenia amnesia?
Estaba sentada en una cama que no reconocía, en una habitación que tampoco conocía. Era una amplia habitación con una gran cama con sábanas de seda, en frente había un precioso tocador con un diseño bastante antiguo pero aparentaba ser nuevo. En las paredes habían retratos de personas bastantes elegantes, quizás los antepasados de alguien. Elizabeth se acercó e inspeccionó un cuadro muy detenidamente, era de una chica joven que casualmente se parecía bastante a ella, se acercó más al cuadro y se fijó en el nombre que había debajo escrito, ponía: Marie de la Valliere. Suspiró, menos mal que no se llama como ella, Elizabeth empezaba a asustarse un poco.
También había un gran armario de madera bastante oscura. Fue caminando despacio hacia en tocador, al mirarse en el gran espejo que había se asustó; Su pelo, su maquillaje, su ropa, sus ojos... todo en ella había cambiado. Su pelo ahora era rubio, su cara mucho más pálida, sus ojos verdes, ahora era un poco más alta de lo que ella recordaba, ¿cómo había cambiado tanto?
Un poco frustrada fue hacia el armario y lo abrió, las puertas pesaban muchísimo. Miró dentro y encontró preciosos vestidos, parecían de otra época, estaba impresionada, aquellos vestidos eran magníficos.
Cogió el que más le gustó, todavía sin salir de su asombro y se lo puso, para su sorpresa le servia perfectamente, parecía hecho especialmente a su medida.
Cerró el armario y salió cuidadosamente por una gran puerta que había al lado del tocador.