Sin saber a donde ir.

Empezó a caminar sin saber a donde ir, solo quería alejarse un poco de todo y recapacitar sobre lo que había pasado. Sentía como una suave brisa la envolvía y en ese instante se paró en seco, cerró los ojos y solamente se concentró en los sonidos que habían a su alrededor. Oía el viento chocar contra los altos árboles, las hojas secas arrastrándose por el camino de tierra y piedras, el sonido de algún ave que no podía reconocer y el murmullo de algún riachuelo bastante lejano. Todo aquello era tan precioso... Por un momento se olvidó de lo anteriormente ocurrido y solo pensó en todo lo que veía y oía. Le gustaba tanto todo aquello. Se sentó debajo de un árbol bastante grande y allí se quedó dormida, soñando con ese maravilloso lugar.